LA LUZ TE DIBUJA, una exposición colectiva del alumnado interno
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La luz te dibuja
… Es el verso del poeta Fruela Fernández que da título a esta exposición, y de cuyas palabras nos hemos apropiado para referirnos a ese momento, a la luz del monitor, donde lo creativo se ve favorecido por la computadora y por esa versatilidad característica de sus procesos digitales. Un momento, en este sentido, en el que la inventiva se deja llevar por los métodos del “Copiar y Pegar”, del “Control+Z”, del “Guardar como”, y de otras órdenes y comandos reversibles que el ordenador ha ido instaurando en nuestros modos de lectura y producción artística. Y un momento, también desde estos aspectos digitales, en el que destacamos cómo lo procesual vuelve a cobrar una mayor relevancia frente a la obra concreta, o frente a lo que solemos considerar como “obra final” (gravamen del arte no apto para todas sus posturas).
Con lo contrario en mente y más preocupados por el hacer y no por el concluir (en el mejor sentido de la concepción artística), hemos acudido a este resplandor metafórico de la pantalla para sinterizar el empleo de lo leve y lo intangible del lenguaje digital. Pero también como excusa para abrirnos a los particulares entretenimientos de la experimentación y del proceso per se que nos permite el software cuando, además, expandimos sus modelos de trabajo hacia otros medios y formatos plásticos.
De tal manera, las obras aquí presentadas establecen en su conjunto un discurso plástico más cercano a las condiciones de un paisaje en construcción, o a los trazos ensamblados de un esbozo, que a la obra cerrada, antes citada, cuyo objetivo final podría haber limitado las libertades de nuestro ensayo. Los autores y autoras han trabajado en la mixtura de lo digital con la diversidad de representaciones que nos ofrece el dibujo, la pintura, la animación, la escultura, la serigrafía u otros lenguajes plásticos. Combinando pantallas y proyectores con lienzos, pliegos y volúmenes de todo tipo, para plantear en muchos de los casos un diorama o paisaje cuyos juegos de sombras y luces nos hablan tanto de lo íntimo como de lo público, de lo emotivo y de lo frívolo, o de lo ausente y de lo presente, entre otras temáticas de interés para sus creadores y creadoras, manteniendo un hilo conductor: el trazar una obra derivada de lo digital y de las cualidades intrínsecas del material combinado.
Lo señaló la artista Lynda Benglis, precursora del arte procesual, al referirse a la manera de entender el arte y su uso de la materia más allá de su conclusión definitiva: “la pieza artística debe ser una especie de deducción reactiva; una que permita a la naturaleza del material crear su propio estado de ánimo”. Bajo estas premisas y en el marco del curso de Desarrollo de matte paintings para el arte y la producción audiovisual, las piezas han sido realizadas por los estudiantes internos/as y mentores/as de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla: Erika Asensio Jiménez, Alejandro Balsera García, Cristina Cambrón Pescuezo, Juan José Cuadrado Prada, Antonio Domínguez Millán, África García Moriana, Amapola Jiménez Aguilera, Jessica Lao Domínguez, Eduardo Molina Soto, Francisca Martin, Agustín Muñoz García y Lucía Pérez Ramírez, Marta Muñoz Oliveros, Irene Quiñonero Puey, Marta Royo Argandoña, e Irene Ugolini Sánchez-Barroso.
Mario-Paul Martínez
Comisario de la exposición