RITUAL DE DUELO: LA PRESENCIA DE LA AUSENCIA, una exposición de Cristina del Águila
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Cristina del Águila. RITUAL DE DUELO: LA PRESENCIA DE LA AUSENCIA.
Inauguración jueves 7 de noviembre a las 19h
El abismo de lo deseado
El proyecto Ritual de duelo: la presencia de la ausencia de Cristina del Águila es un proyecto autobiográfico en el que la artista establece un diálogo a través de su práctica artística con aquellas mujeres de su familia que ya no están. También es un diálogo con los saberes transmitidos por ellas: el arte de tejer y de bordar, pero también el arte de la conversación, del diálogo, de la escucha atenta, del acompañamiento en silencio o con palabras. A través de su obra, Cristina del Águila elabora un ritual de duelo que le permite reencontrarse con el vacío dejado por aquellas mujeres de su familia que ya no están. Dice Julia Kristeva que una manera de reabsorber el duelo o de pasar a otro duelo menos doloroso, es “nombrar el sufrimiento, exaltarlo, disecarlo en sus mínimos componentes” (Kristeva, Sol negro).
La respuesta de Cristina del Águila ante el duelo se articula a través de tres instalaciones en forma de altares de madera con diversos objetos relacionados con lo cotidiano, lo religioso y la memoria familiar que indican el camino de la artista en el “proceso sublimatorio en torno a la Cosa perdida”. Según Kristeva, ese camino se estructura en torno a tres elementos: la polivalencia de signos y símbolos, la economía psíquica del perdón y la prosodia. Estos tres elementos acompañan, de algún modo, las tres instalaciones principales de la exposición.
Oler unas castañas recién asadas, saborear unos caramelos de anís o contemplar unos claveles rojos permiten activar la memoria sensorial asociada a los seres queridos como ocurre en el altar de lo cotidiano. La artista convoca a los asistentes de la exposición para que, a través del olfato o el gusto, se activen los procesos de memoria que le permitan tener presente el recuerdo de su amada abuela. De esa manera, Cristina del Águila transforma el ritual de duelo individual en colectivo, partiendo de un conocimiento situado en lo “personal sentido” en términos de Mar Gallego. La polivalencia de signos y símbolos que la artista dispone en sus instalaciones, a través de la estrategia de la acumulación, “ofrece la oportunidad al sujeto de imaginar el sinsentido, o el verdadero sentido de la Cosa” (Kristeva)
En el altar religioso se encuentra una fotografía de la abuela de la artista, junto con otros elementos de carácter religioso. Entre ellos destacan dos velas blancas que se irán derritiendo a lo largo de la inauguración de la exposición. La cera derretida y la desaparición paulatina de la vela apuntan al paso del tiempo, a la pérdida de los seres queridos y a los procesos de construcción de la memoria. La economía psíquica del perdón permite la identificación del locutor con un “ideal acogedor y benéfico, capaz de suprimir la culpabilidad de la venganza y la humillación de la herida narcisista que subyace en la desesperación del deprimido” (Kristeva).
Por último, la construcción genealógica de la memoria familiar se produce a través de la narración de los álbumes fotográficos familiares. El proceso de construcción de la memoria se centra en el relato en torno a esas fotografías. Por ese motivo, Kristeva considera que la prosodia es uno de los tres procesos de sublimación en torno a la Cosa perdida. El acento, los tonos o la entonación componen ese “lenguaje más allá del lenguaje” en palabras de Kristeva, que inserta en el signo el ritmo y las aliteraciones de los procesos semitóticos. Es decir, no hay fotografía personal ni construcción de la memoria individual y/o colectiva si no es a través del relato en torno a las fotografías y los acentos, tonos y entonaciones que se emplean para hablar de ellas. Por ese motivo, la mejor compañía para recorrer la exposición son las palabras que la artista le dedica a su abuela en el poemario La madre absoluta (2020):
Abuela, ven a verme cuando ya no estés.
Visítame en los sueños lúcidos y en la vigilia.
Dame la mano y un beso.
Prométeme que me visitarás en visiones, delirios y alucinaciones.
Que no me dejarás sola cuando tu carne se pudra, tu rostro se deshaga y tus fuerzas caigan al abismo de lo terriblemente deseado.
* Javier Cuevas del Barrio es curador de arte y Profesor Titular de Historia del arte de la Universidad de Málaga.