ZONAS COMUNES, UNA EXPOSICIÓN DE JESÚS JIMÉNEZ

    Fecha

    Horario

    De lunes a viernes, de 10:00 a 13:00 h. y de 17:00 a 21:00 h.

    Coordinadores

    Paco Lara-Barranco

    Lugar

    Espacio Laraña

     

    Construir un lenguaje
    Paco Lara-Barranco

    Compartir un deseo. El pintor comparte con la pintura el deseo de construir un lenguaje. Un lenguaje propio. Lo más auténtico posible. Por eso, la materia en el soporte adopta múltiples formas para que su lenguaje sea característico e inconfundible. Esto sucede, si lo queremos imaginar, cuando se produce una colaboración, sostenida a lo largo del tiempo, que ha de ser muy particular entre ambos agentes. No creamos que la pintura en sí misma es menos activa que quien ejecuta la acción. Todo lo contrario. El papel del pintor pasa por un estar comprometido con el trabajo que construye y, aún permitiendo ciertas influencias que pueden acontecer de forma natural y llegan a ser propias de todo ser que vive en relación con un contexto social específico, se afana de manera inquebrantable en la búsqueda de una obra de rasgos particulares, más allá de que pocos o muchos comprendan su significado, y alcance, en el momento en que es realizada.

    En abril de 2021, visité el estudio de Jesús Jiménez Medina en la calle San Luis. Un estudio compartido con un techo increíblemente alto. Un estudio pequeño y luminoso. Varias pinturas estaban en proceso dispuestas sobre dos paredes que formaban un rincón. La conversación con Jesús fue agradable. Siempre ha sido nuestro trato así. Su pintura, que es lo que importa, me sorprendió. Si bien, ya había tenido relación con algunos cuadros suyos, a lo largo del breve tiempo en el que transcurre el desarrollo de una asignatura, la pintura que en ese momento estaba viendo me pareció diferente, más avanzada, un tanto insólita. Me sorprendió el espectáculo de formas —en ocasiones informes—, y colores brillantes y eléctricos. Las formas reconocibles y geométricasorganizaban un doble espacio, exterior e interior, cuyos límites jugaban con la ambigüedad. Los ambientes o los espacios creados a conciencia dejaban que uno se contaminaradel otro. En todos los cuadros que pude ver, las escenas, de ambiente metafísico algunas, abstractas otras, tenían una particular característica que era, cuando menos, inquietante.

    En Zonas comunes, título de la muestra, las imágenes de las pinturas parecen desvanecerse al tiempo que se construyen. Nacen de un juego libre entre geometrías, fragmentos de arquitectura y del mundo publicitario, plantas, en conjunción con objetos procedentes de un imaginario colectivo. En palabras de Jiménez Medina, su propósito queda resumido como sigue: “Los objetos y sus funciones en la representación pictórica juegan un papel importante en este proyecto, esta idea sirve de referencia en la construcción de las pinturas. De esta forma, los trabajos pretenden dialogar desde sus propias realidades”.

    El pintor sin duda busca imponer su marca sobre la pintura. Durante muchos años, sin embargo, he creído que la propia pintura guía al pintor en cierto modo. Sí, el pintor persigue su construcción, pero algo siempre se le escapa. Hay que estar atento a lo que sucede en el acto de pintar porque, al fin y al cabo, como dice Michel Foucault “la obra [permanentemente] se nos ofrece desdoblada en su último instante mediante un discurso que se encarga de explicarnos cómo…”.