ANIMALES EN COMPAÑÍA, una exposición de Carmen Gutiérrez Jordano
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Inauguración viernes 21 de febrero a las 19.30 horas.
ANIMALES EN COMPAÑÍA
“Animales en compañía" es una exposición que nos transporta a un territorio donde lo humano y lo animal se entrelazan, difuminando las fronteras entre ambas identidades. A través de sus obras, Carmen Gutiérrez invita a reflexionar sobre la convivencia con los animales, la afectividad, la ausencia y la influencia mutua en nuestra percepción del mundo. La domesticación no se presenta solo como un proceso unilateral del ser humano sobre los animales, sino como una interacción recíproca en la que ellos también nos moldean, transformando nuestras costumbres, nuestros gestos y nuestra manera de estar en el mundo.
Desde la imagen del cartel, la artista sugiere este tránsito entre especies mediante el pasaporte de los "animales en compañía", un símbolo que funciona como salvoconducto hacia una nueva dimensión donde lo humano y lo animal coexisten en un mismo plano. Más que un objeto de tránsito, este pasaporte representa la disolución de las relaciones de poder entre especies y nos recuerda el amor por los animales como un vínculo esencial con nuestra propia humanidad.
La exposición no se limita a un homenaje nostálgico a los animales que han acompañado a la artista, sino que convierte su presencia y su ausencia en elementos materiales. La huella que dejan tras su partida no es solo un vacío, sino una presencia latente que sigue habitando en cada obra. A través de esculturas, videos y objetos, Gutiérrez activa la memoria de estos seres, logrando que su ausencia se transforme en materia visible y tangible.
Uno de los aspectos más significativos de la muestra es el uso de materiales cargados de significado. La goma arábiga, con sus formas orgánicas que evocan la carne, establece un diálogo entre lo animal y lo vegetal, en un sutil eco de las tendencias contemporáneas que buscan sustituir los productos animales con alternativas vegetales. Esta elección material responde a una postura personal de la artista, quien, como vegana, adopta en su vida esta misma lógica de sustitución. Así, su obra refleja no solo su vínculo con los animales, sino también su compromiso ético con un modo de vida que prescinde de lo animal sin renunciar a ciertos códigos visuales.
Otro material recurrente es el pelo de los gatos, cuidadosamente recogido y dispuesto en volúmenes orgánicos. Este material, extraído a través del acto cotidiano de cepillar al animal, encierra una carga afectiva profunda: es el testimonio de un vínculo íntimo entre el humano y el animal. Al igual que la piel mudada de una serpiente, el pelo conserva la memoria de su dueño, transformándose en un vestigio tangible de su paso por el mundo. La exposición también incorpora otros elementos como los bigotes o las uñas caídas, materiales profundamente personales que la artista utiliza para construir su discurso, evidenciando la conexión física y simbólica entre humanos y animales.
Más allá de los materiales, la mirada juega un papel fundamental en la exposición. A través de esculturas con mirillas instaladas, la artista nos invita a espiar desde un mundo animal, explorando lo que puede esconderse en su territorio. El espectador, usualmente observador privilegiado, es ahora quien debe mirar desde un punto de vista ajeno. En este juego de perspectivas, la mirada del animal se convierte en un reflejo de la nuestra, estableciendo una conexión silenciosa que desestabiliza las jerarquías tradicionales del ver. Los ojos de los gatos, en particular, nos confrontan con una reciprocidad ineludible: ellos nos observan, nos reconocen y, en ese acto, nos devuelven una imagen de nosotros mismos que no podemos ignorar.
La exposición también nos hace reflexionar sobre las relaciones de poder entre humanos y animales. Elementos como los arneses de paseo, presentes en varias piezas, funcionan como símbolos de control, protección y dependencia. La artista nos invita a cuestionar hasta qué punto la domesticación implica una relación de dominación y cómo los objetos cotidianos que usamos con los animales reflejan dinámicas de poder que muchas veces pasan desapercibidas.
En definitiva, "Animales en compañía" es una exploración profunda sobre la convivencia, la memoria y la identidad compartida entre humanos y animales. Carmen Gutiérrez nos recuerda que nunca hemos estado solos y que nuestra existencia no es un monólogo, sino un diálogo constante con aquellos con quienes hemos compartido la vida.
Anabel Zunino
Comisaria