'Jugar es algo serio', una exposición de Ale Rojas
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JUGAR ES ALGO SERIO. Tan serio que, como el arte, nos resulta imprescindible y necesario. Jugar, como crear, es una necesidad interior que funciona como un mecanismo liberador y proporciona un sentimiento de placer al que no podemos (ni queremos) sustraernos. Por eso este texto quiere también jugar, así que les propongo: piensen (desde ya) en la palabra arte cada vez que lean la palabra juego, y viceversa*. A partir de aquí, las distintas lecturas irán haciendo sus juegos.
En una exposición todo se pone en juego. En esta se pone en juego el juego mismo: aquí se nos propone jugar. Todos sabemos que una exposición es el momento más seductor del juego del arte. Porque la seducción del arte, como la del juego, se basa en la ilusión, el simulacro, la representación. Jugar es fingir, alterar, camuflar, y en esta exposición todo es apariencia, simulación, impostura. El artista ha diseñado un tablero de juego donde, de forma completamente antirreglamentaria, una serie de juegos desconfigurados piden a gritos nuestra intervención, y al hacerlo, nos convierten en artistas al exigirnos crear nuestras propias reglas. Es el arte de la suplantación, del placer de hacerse pasar por otro. Como en ese videojuego nostálgico del Pong, donde corazones y móviles suplantan a pelotas y raquetas para hablarnos del modern love y sus juegos de likes (ideal para jugar en pareja).
También si observamos la construcción de las imágenes vemos que nos hablan desde la mayor de las imposturas: la línea limpia y el color plano. Con este código se diseñan letras que se entrometen en edificios, palabras que se doblan, rostros en simetría y capirotes inclinados; junto a perritos y tiburones posmodernos a medias entre el arte óptico y un estampado ochentero. Estas últimas, despojadas de su uso como identidad visual, se muestran directas en la inmediatez de su gráfica para, jugando al arte de la apropiación, invitarnos también a participar. Se trata del juego del descubrimiento, ese que libera nuestra imaginación y nos hace entrar en el juego desinteresado del pensamiento (y del sentimiento). Porque si en el arte, como en el juego, la sutileza está en la suplantación, el placer está en el reto del descubrimiento. Con toda la emoción que ello supone.
Así pues, aquí nada es exactamente lo que parece, aunque así es si así os parece.
Mecha Espiau
*Este es el nivel básico del juego. Se puede ampliar a los sinónimos y derivados de cada palabra (crear/jugar, artista/jugador…) dándole un grado más de dificultad y una mayor tensión a la jugada. Se pueden inventar otras parejas como adversario/ espectador, exposición/partida… No obstante si se quieren matizar, cambiar o incluso ignorar las reglas, no hay más que ponerse a ello.