Reseña histórica
El primer antecedente de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla se remonta al año 1660 cuando tres afamados pintores establecidos en la ciudad – Bartolomé Esteban Murillo, Juan de Valdés Leal y Herrera el Mozo- fundaron una Academia de Nobles Artes, primera institución de enseñanza artística con la que contó la ciudad, cuya sede estuvo en la antigua Casa Lonja (hoy Archivo General de Indias). Su organización docente integraba las enseñanzas de Escultura, Pintura y Arquitectura.
En la 2ª mitad del siglo XVIII, la academia sevillana adaptó su esquema al modelo ilustrado francés, siguiendo los pasos dados por la Real Academia de San Fernando de Madrid.
En 1771, gracias a las gestiones realizadas por Don Francisco de Bruna y Ahumada, Oidor Decano de la Audiencia y Teniente de Alcaide de los Reales Alcázares, obtuvo la protección del Rey Carlos III, quien le concedió diversos auxilios económicos. Paso entonces a denominarse Real Escuela de las Tres Nobles Artes de Sevilla –al contar con la protección de citado monarca Borbón.
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La nueva institución, regida por unos Estatutos similares a la Escuela de las Tres Nobles Artes de Valencia, quedó instalada en los Reales Alcázares, basando sus estudios -de naturaleza antropomorfa- en la representación de la figura humana tanto a través de la copia de vaciados de estatuas clásicas como de modelos vivos. Además, su plan de estudios contó con la enseñanza de diversas disciplinas científicas tales como las matemáticas, la geometría, etc.
En 1843 la Reina Gobernadora Doña María Cristina, en nombre de su hija la Reina Isabel II, le concedió el rango de Academia, pasando desde entonces a llamarse Real Academia de Nobles Artes de Santa Isabel, en atención y homenaje a la Reina. Tuvo entonces su residencia en el exconvento de San Acacio.
Además de la docencia artística, la nueva Institución se implicó en otras actividades culturales relacionadas con la política artística de la ciudad como la protección de monumentos y objetos de arte o en la creación del Museo de Bellas Artes de la ciudad.
A mediados del siglo XIX, el Estado Español decidió reformar profundamente las enseñanzas de las Bellas Artes. Su principal consecuencia fue la promulgación en 1857 de la ley de Reforma de la Instrucción Pública, por la que se estableció una Escuela de Bellas Artes para los estudios superiores de Pintura, Escultura y Grabado, al mismo tiempo que se creaba una Escuela de Arquitectura, para éste género que quedó así separado definitivamente del resto de las Artes Mayores.
En 1940 –por Decreto de 30 de julio- se creó la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría cuya organización corrió a cargo de los señores don José Hernández Díaz y don Joaquín Romero Murube quienes, como delegados nombrados por el Ministerio de Educación Nacional, procedieron a la organización del Centro, estableciendo sus infraestructuras y seleccionando al profesorado.
Éstos elevaron a la Dirección General de Bellas Artes una relación de los artistas locales más destacados del momento, instalándose la Escuela en la que fue casa del pintor Gonzalo Bilbao La superficie de este edificio, unos 650 m2 divididos en dos plantas, fue reorganizada y distribuida en cuatro grandes estudios. En 1944, las instalaciones fueron ampliadas al ser expropiados por el Estado los edificios colindantes. Se trata del mismo edificio ha actualmente ha sido adaptado como anexo de nuestra Facultad de Bellas Artes.
Gonzalo Bilbao. Autorretrato. |
Algunos de sus primeros profesores fueron: don Mauricio Tinoco Ortiz, Catedrático Numerario de la asignatura "Preparatorio de Modelado"; don Alberto Balbontín Ortas, catedrático numerario de la asignatura "Dibujo Decorativo"; don Antonio Díaz Fernández, profesor interino de "Preparatorio de Colorido" y don Alfonso Grosso, catedrático de la asignatura "Colorido y Composición".
Azulejos con denominación de aulas de la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en el Edificio Gonzalo Bilbao. |
La adscripción de las Escuelas Superiores de Bellas Artes a la Universidad como Facultades se estableció por la Ley General de Educación de 1970.
El asunto no fue tarea fácil y planteó problemas hasta el punto que el Decreto que ejecutaba lo legislado tardó cinco años de gestiones, en parte debido a la especial idiosincrasia de las antiguas Escuelas, pero también a la poca voluntad y comprensión del Ministerio por resolver los problemas planteados.
Se llevó a cabo, no obstante, la reorganización de las enseñanzas artísticas con la elaboración de nuevos planes de estudio en las distintas Facultades de Bellas Artes y se logró un cambio de rumbo al modificar la denominación de la titulación de Profesores de Dibujo por la de Licenciado en Bellas Artes.
En la actualidad, la Facultad se encuentra inmersa en el proceso de adaptación de sus planes de estudios al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior, con la aspiración de aunar sus signos de identidad tradicionales con las nuevas tecnologías y planteamientos innovadores que exige el mundo contemporáneo.